por korke el Mié Ago 13, 2014 11:28 am desde Buenos Aires, Argentina
El armado de las maletas es algo que realizo, si puedo, los días previos con algo de tranquilidad y por la noche.
Siempre está presente la recomendación de colocar en los viajes las cosas en el mismo lugar. Y de ser posible con los mismos envoltorios y ataduras que se han usado en los viajes anteriores. Esto se supone que ayuda a identificar con rapidez dónde están guardados los objetos y acceder a ellos sin tener que revolver el inventario mientras se maldice en el intento. Luego cambiar el lugar de las cosas si es que en algún viaje se ha tenido una mala experiencia por dónde estaba guardada.
Qué llevar en las maletas me ha resultado hasta un tiempo atrás un asunto de ansiedad previa. El refrán dice que lo que abunda no daña. Pero en una moto lo que abunda y redunda fastidia. En todo sentido. Y si está al dope peor. He tratado en este sentido de ir ajustando el “número” a los mínimos que me permiten mi tranquilidad mental y la sana carga andable. No obstante hay cosas que me cuesta dejar en casa. Ejemplo: mi juego de llaves, tubos y demás parafernalia mecánica que vive en los alrededores del banco de trabajo. Pero ahí queda todo eso. Llevo el set de herramientas original con algunos agregados y todo eso hasta completar el volumen de la bolsita envoltorio. He probado ya de arreglármelas con las mecánicas y reparaciones más sencillas y las sacadas de ruedas exclusivamente con ellas, que a tal fin fueron creadas. Me alcanza. Llevo ½ litro de aceite. Eso va, junto con otros pequeños repuestos en una caja de galvanizado que vive abajo atado en el chasis. Un aerosol de arregla pincha fácil va atado con precintos a la defensa. Ropa no hay mucho para negociar. Botiquín es un must be del equipaje.
En la parte delantera de la moto, y cayendo sobre las defensas coloco, de cada lado, unas pequeñas alforjas, con 2 compartimientos cada una. Son de uso en cuatriciclos, pero me han resultado muy útiles y cómodas en la moto. En la parte de arriba van pequeños objetos y en la de abajo acomodo un par de termitos con jugo o agua. Una botellita de plástico que otrora fuera de líquido endulzante, de ½ litro, ahora alberga, orgullosa y con mejor autoestima, el licor sagrado: Fernet Branca. Menta no. El único que existe: el tradicional.
El equipaje superior. El baúl rígido sólo lo uso en las salidas cortinas y locales. No me gusta para viajar. En viajes tengo 2 opciones. Un bolso semirrígido excelente, Kuryakin, muy liviano, con buena capacidad de albergue, con 4 compartimientos laterales, cierres confiables, todo en tela de cordura, bastante impermeable y con cobertor si el agua abunda. Tiene muchos lugares para ataduras. Atrás lleva un velcro gigante que se usa habitualmente para atarlo contra el sissy bar de una chopera. Yo lo uso para llevar el equipo de mate. Ahí siempre a mano. Es el que usaré en esta vuelta.
De lo contrario llevo un bolso Givi de 40 litros impermeable. Cojudo. Bien atable. Nada que decir al respecto. Recomendable este tipo de equipaje bajo cualquier condición climática.
Vuelvo sobre los baúles laterales. Y siempre presente en mente la recomendación de colocar las cargas pesadas abajo. Debajo de todo entonces meto, en una maleta, una bolsa que calza justo con elementos de auxilio mecánico. Tengo fiaca de hacer el listado. En la otra maleta cargo abajo una pequeña bolsa con los elementos de auxilio de reparaciones de cubiertas. Y un par de cámaras de repuesto. Ese par debiera reducirlo a una sola cámara. Tengo leído que con la trasera, o la delantera, no me acuerdo, salís del paso si hay que cambiar. Por ahora llevo las dos. Y las palanquillas. Etc. tengo fiaca de hacer la lista. Así voy repartiendo la carga.
Es la diversión previa. Para mí el viaje comienza ahí.
Muchas veces ha terminado ahí el viaje: con la moto cargada. La coyuntura. El día a día. Urgencias de último momento. No puedo salir. Ya he cancelado varias. Y lo que es peor, algunas organizadas por mí con amigos comprometidos. Qué dolor. Qué bronca por la molestia ajena. Es cuando compruebo que mis disculpas no son suficientes. Una de las ventajas del viaje en solitario, sobre esto, es que no hay disculpas a terceros. No obstante prefiero viajar en plural de motos.
Lindo tema la CARGA PREVIA DE LA MOTO.
Hay normas y recomendaciones a prueba de balas. Y cosas que uno ha marcado para llevar y hay que dejar. Y en el viaje luego, habrá cosas necesarias que quedaron en casa.
O cosas que llevas maleteadas y no te acordás que están o dónde están. Esto es tema del próximo post. Dónde jocara guardé el papel higiénico, justo ahora ¡!
* Tranquilo, que el partido es largo.
* Bueno; Rápido; Barato: elegí dos.