Disculpas por la pausa, pero he andado medio complicado los últimos días.
Día 11 (12 de enero).
Sin mayor apuro salimos de Río Gallegos rumbo a El Calafate, ya que no son muchos kms. y teníamos varios días por delante aún.
Si bien había rastros de que había llovido de noche, amaneció calmo el día (seguimos ligando!!) aunque bastante nublado. Con el correr de los km y al acercarnos a la cordillera el cielo se fue aclarando y el viento, aunque constante, nos acompañó todo el camino de frente ya que viajábamos hacia el oeste y el viento viene bajando de la cordillera hacia el este. Soplaba fuerte y no valía la pena exigir la moto de gusto, pero íbamos serenitos a 90 km/h sin mayor inconveniente.
Llegamos a Calafate a poco más del mediodía y empezamos a buscar hospedaje. Si bien hasta ahora veníamos ligando muy bien, en principio se nos acabó la suerte. La primera “rotation” buscando hostales, hospedajes y hotelitos tipo de media estrella pa bajo no dio resultado. Todo lleno hasta las chimeneas, así que tuvimos que dar otra vueltita mas… Tipo 14 hs ya.
Ahí tuvimos que levantar un poco el nivel (y aflojar el bolsillo, je) para ver de conseguir alojamiento de una vez y no pasarnos el día dando vueltas. Empezamos a ver mas estrellitas y a mi me empezó a subir el ácido úrico y la presión… pero finalmente metimos un 4 estrellas de novela a solo $A 850!! Lo que si bien era bastante más de lo que queríamos gastar, lo que nos ahorramos en Ushuaia decidimos quemarlo en El Calafate.
Magui arregló con la gente del hotel mientras yo esperaba afuera. Al salir me subió el pulgar y me dije, estamos hechos!! Precioso lugar, sobre un bulevar a medio terminar, pero bastante cerca del centro de la ciudad. Me dijo que parara la moto en un pastito que había al lado de la entrada principal, y no tuve mejor idea que subir por la rampa para las sillas de rueda… En vez de subir por arriba del cordón nomás, a lo motero rudo, no!! se me ocurrió subir por la rampita. El tema que la vereda era medio angosta, y al querer subir por la rampa me quedó poco espacio para doblar y me llevé puesta una jardinera del portal. Me di un porrazo de campeonato!! De no creer che!! Me anduve medio continente sin problemas y me vengo a caer en el jardín de un hotel a 1 km/h… Donde se vió!!? Menos mal que no había nadie. Paramos la moto y salute!!
Sin embargo, con el golpe se torció el portamaletas del lado izquierdo y mi tobillo derecho. Así que entramos al hotel y empezamos a buscar solución para lo mas urgente… el portamaletas!!
Preguntamos por un herrero y nos indicaron de uno en unas calles bastante céntricas. Fuimos y nos atendió un grupo de chaqueños (que habían llegado ahí durante de la crisis del 2001), de novela.
Hubo que desarmar el soporte y calentarlo en una fragua para enderezarlo, ya que al ser de tubo, si lo quería enderezar en frío se podía estrangular y la terminábamos de embarrar. El tema es que en menos de media hora solucionamos el portamaletas. Nos quiso cobrar $A 100 pero le dimos el doble. Nos salvó el viaje el loco!! Si se llega a quebrar ese caño no lo suelda ni madrake!!.
Así que solucionado lo mas urgente, fuimos a lo segundo… Comerrrrrr!! Ya eran como las 4 de la tarde y nosotros estábamos con el desayuno y medio litro de agua nomás. Metimos restoran a full con todos los chiches y después nos fuimos a caminar por la ciudad.
Y meta caminar, meta sacar fotos, meta comparar porquerías y reírnos… lentamente me empecé a acordar de mi tobillo. Uh!! Como se me entró a poner el tobillo!! Mi pobre tobillito, quedó redondo como zapatilla de elefante!!
Allá a las cansadas y medio rengo, llegamos a donde estaba la moto y volvimos al hotel. Bolsa de hielo, pata para arriba y a mirar TV. Y ahí … se abusaron de mi… No piensen mal che!! Es que inmovilizado como estaba, me encajaron el canal Gourmet y me “comí” como 3 hs. De recetas al hilo. “Y bueno!” me dijo “ son como dos partidos de esos que ves vos… o no?” Y que!! No me iba a poner a discutir, así que me entregué sin pelear.
Al otro día, (12 día de viaje; 13 de enero) el pié estaba mucho mucho mejor. Ya no me dolía nada y estaba casi deshinchado del todo. Milagro!!
Juntamos lo básico y arrancamos para el Glaciar Perito Moreno.
La carretera está muy buena y muy disfrutable. Tiene muchas curvas y contracurvas hasta llegar al parque Nacional y una vez adentro se pone mas lindo… hasta que te encotrás con dos veteranos en una Combi del ’62 que no te dejan pasar, y bue, a hacer la cola.
No recuerdo bien ahora cuanto pagamos por entrar, pero casi seguro que fueron $A150 c/u.
Finalmente llegamos a una suerte de playa de estacionamiento muy grande, donde hay que dejar el vehículo propio y pasarse a unas combies (incluidas en la entrada al parque) que te llevan mismo hasta el Glaciar. Tanto en el estacionamiento como a la entrada del glaciar hay unos restoranes muy lindos y lugares para comprar … de lo que quieras con inscripciones del Perito Moreno. Pero nosotros nos fuimos de una a los bifes!! Al glaciar!!
Eso estuvo genial!! Es un lugar FANTÁSTICO!! La entrada y el recorrido es por una pasarella elevada de piso de madera con barandas, que te lleva a todo lo largo del frente del glaciar. Además, en varios lugares hay miradores (del mismo material) para que puedas sacar fotos, mirar tranquilo y que tiene algunos bancos para descansar. Hay que tener en cuenta que todo el recorrido son algo más de 3 km. De subidas y bajadas permanentes. No es ‘pa cualquiera la bota ‘e potro!!
Por suerte y contra todos los pronósticos, el tobillo bien. Ibamos caminando suave y en algún momento me entró a molestar, pero bien.
Pasamos el día en el Glaciar y a la tarde nos volvimos a El Calafate. Nos dimos otro buen paseo por la ciudad, compramos algún recuerdo (yo me traje una imitación de un cartel carretero de la ruta 40!! Fantástico… Eso si, marchó pal garaje…), a cenar, y a dormir.