DIA 4 – MIERCOLES 20/08 – Diario de Viaje.
Comienzo a mover la moto a eso de las 10:30. Sigo pachorra. Y estoy fenómeno así.
Cuando termino de cargar me surge la inquietud de que debería aceitar la cadena por la tierra, barro y agua, y el acumulado de kilómetros. Es donde confirmo que el aerosol de lubricante quedó en casa. Hago unas cuadras por la calle principal de la ciudad y en un par de negocios que consulto no hay stock. Me indican una posible cueva moto repuestera. Cuando llego y pregunto, me informa el dueño que había vendido el último, pero que usara el suyo. Bien ahí: acepto gustoso. Le pediré el favor adicional de bajar la trompa de la moto para yo poder hacer girar la rueda trasera. Y en el ínterin de ello breve charla: es motoca; acaba de comprar una BMW 1600, usada, y está muy contento con ella. Y sale a pasear con sus amigos lugareños. No obstante, tierra no. Mejor con tu moto, me dice y saluda.
Si bien tengo combustible para llegar al destino del final de la tarde prefiero tocar madera y cargar. ADN de argento sufrido: no dejes de cargar hoy ni esperes a mañana. La YPF de SAN VICENTE está hasta las manos de autos en la fila. Observo que esto es en las YPF un tema recurrente. Qué pasa ? Regalan el combustible ? Hay happy hour ? Será por la tarjeta “Club” ?. Empieza a hacer calor. No me voy a quedar en la cola como un dolobu, al sol, media hora. A la salida de la Ruta 14, rumbo mi norte, hay una Shell. Fila de país normal. Llene el tanque maestro.
Próximo punto es
SAN PEDRO. Entro a la ciudad y la olfateo. Pongo mi tilde.
Paro en un destacamento policial a preguntar el estado del camino de tierra, o sea la Ruta 14 que pasa por Tobuna y sale en Dos Hermanas. Cordialmente me miran con cara de extraterrestre. -
... vaya por el asfalto, Ruta 20 y luego Ruta 17 ... para que quiere ir por la tierra ?. Como explicar que quiero ir precisamente por la tierra. Bueno, logro sacar en conclusión que la ruta está andable y sin novedad. Gracias muchachos, muy amables.
Al salir noto con curiosidad la cantidad de motos apiladas en la parte de atrás de la comisaria. Podría ser el festival de un desrmadero. Hay también un camión secuestrado con varios rollos de madera como carga. Gomas pichadas y el pasto que va creciendo de abajo. Madera por izquierda supongo. A este lo engancharon.
Los siguientes +/- 70 kmts. serán al norte por la R14.
SON DE TIERRA. No viaja prácticamente nadie cuando me adentro en ella. Está delicioso el camino. Qué lindo viaja la colorada en el desparejo.
Alguna que otra “chata moderna” me pasa como los bomberos. Ya volveré sobre esto más adelante. Así que hay tierra en suspensión y la neblina que me cubre. El equipaje dará testimonio de ello. Paso y saco unas fotos en
CRUCE CABALLERO. Sigo.
Tengo hambre y tenía preparado un chegusan de milanga que había comprado en San Vicente. Me detengo entonces en
TOBUNA para descansar y manducar. No sé por qué pero me asalta la semejanza del lugar con TOLHUIN, ese pueblo intermedio entre Ushuaia y Rio Grande. Nadie en la calle.
Como pueblo mejicano a la hora de la siesta. Al salir de Tobuna algún moco cometo en la navegación. Fuck. Yo tenía previsto salir a la R14 en
2 HERMANAS, pero salgo a la altura de
JUANITA. Juro que no sé en qué cruce me chispotié. Y no recuerdo cartel alguno que marcara el lugar por el que terminé saliendo.
Estoy ya muy cerca de
BERNARDO DE IRIGOYEN. Un revuelto gramajo de recuerdos y fotos sepia me acompañan de su geografía. En aquella época la frontera, seca, era una calle de tierra sin mayor protocolo ni gloria. Había llovido durante varios días y yo no podía entender como el camión se enroscaba en el barro y seguía derecho como un junco, en ese barro flanoso. Cada tanto había que bajar y ayudar a sacar algún paisano encajado. Lo único, recientemente asfaltado, era la Ruta 12 sobre la margen del Paraná. De El Dorado a Irigoyen se trataba de una línea sinuosa de tierra colorada. El ruido del camión lo tengo presente como esa memoria que nos queda de los perfumes y los aromas. Por alguna cuestión de criterios mi perfil encajaba en otro estante de la colmena. Estaba muy avanzado en la universidad y con eso te podía tocar en suerte la asignación de un rol diferente. No recuerdo haberme detenido a pensar si era mejor, peor o indistinto. Yo tenía la cabeza en otra cosa. Al final del servicio obligatorio te invitaban a incorpórate; yo me tome rapidito el piro, saludo uno, saludo dos. Era comienzos de 1975 cuando por 40 días me mandaron a este lugar. La zona estaba caliente y difícil. Así que ahí arriba de ese vehículo estaba yo, con varias personas a mi cargo, sin tener demasiada idea de ello. El camión era un Reo, color amarillo caqui. Trompa convencional. Adentro tenía un naftero en línea interminable. La marca de universitario en mi libreta luego haría que me llamaran a reserva en el conflicto con Chile, en 1978. No podía ir ni a Lujan sin avisar antes. 4 años después en Malvinas ya no apareció el cartero. Mi respeto a los caídos.
Llego a Bdo. de Irigoyen sobre la media tarde. Todo un cambio de look citadino con el que tenía en mi recuerdo. Hago la vuelta al perro. Voy hasta el paso de frontera. Una buena cantidad de vendedores de moneda y cambio se acerca a la moto. Esto me fastidia un poco. No sé quién te está hablando y/o midiendo el aceite de costado. No me detengo demasiado y me voy de esa cuadra.
Hay una calle, con un pequeño cordón, que divide las dos ciudades, Bdo. De Irigoyen y
DIONISIO CERQUEIRA. Así que tranquilamente podés cruzar de un lado a otro con total naturalidad.
Decido reponer combustible. En la estación de servicio, El Tigre, hay una fila interesante de autos, con chapa brasilera. Hay un cartel pegatina en el surtidor que indica el precio en Reale$. Y el tipo de cambio que está en “0,205”. El playero luego me dirá que esa noche habría cambio de paridad. Que el cartel sería remarcado en “0,20”. Estoy un poco desconectado de la City pero imagino que el blue … debe estar por sobre los 13,25 con los que lo dejé al irme de viaje.
Tuve un impulso de hacer noche en Irigoyen y observar un poco la fauna local. Consulto un hotel, argentino y pegado a la línea de frontera. Con cochera. Me atiende una mujer brasileña. Tarifa individual: $ 350 con “café da manhá”. Gracias. Hasta luego.
Me voy a otro, montado sobre la planta baja de una estación de servicio, casi a la salida: $ 300. Gracias. Hasta luego. Y voy por el último. Este ya es una especie de alojamiento. La moto no tiene lugar adentro. $ 150. Está ok pero la colorada no puede quedar al sereno de la noche y en la vía publica. Gracias. Hasta luego.
Son casi las 17:00. Hace calor. Y aún quedan 2 horas de luz. Siento que ya nada me retiene en Irigoyen. Voy a seguir mi rumbo norte. Próxima ciudad, a 30 kmts. es
SAN ANTONIO. Camino asfaltado y sinuoso. Apuro la marcha. Paso por su cruce y digo: ma si, sigo viaje. Tranqui y a 100 kxh. El asfalto se terminará a la altura del cruce de la R17, y ahí trataré de encontrar lugar de pernocte en
CNIA. ANDRESITO.
Ya son cerca de las 18:30 y en el primer lugar que paro a preguntar por alojamiento: nada; vendido todo. Averiguo por otro. Finalmente consigo más al centro, sobre un supermercadito. Buena tarifa. $ 150. La colorada dormirá bien bajo el pasillo. Hay cerca un lugar simpático para cenar. Bien y barato. Luego será el fin de la jornada. Hora de apolillar.
DATOS PARA LA AGENDA DE HOSPEDAJE -ANDRESITO.
Hospedaje Itatí
$ 150 – Hay playa interna de estacionamiento.
* Tranquilo, que el partido es largo.
* Bueno; Rápido; Barato: elegí dos.