Viaje a Gramado, Rio Grande do Sul, Semana Santa 2012.
Una experiencia romántica & gastronómica única.
Desde nuestras vacaciones de verano que veníamos planeando hacer un viajecito a la Serra Gaúcha y por supuesto en moto. Obviamente este viaje sería sin chicos y la idea era pasar un fin de semana solos en la montaña disfrutando de paisajes que es difícil describir y unas opciones gastronómicas diferentes, muy típicas de la zona.
Partimos el Jueves Santo a las 6am de Posadas, la ciudad donde vivimos, todavía no había amanecido y quisimos aprovechar lo más posible el fin de semana. Llevábamos nuestros equipos de moto, equipos de lluvia, y en el baúl Kappa K42 ropa, cámara, herramientas, kit antipinchazos y alguna cosa más. Bajo el asiento de la moto también herramientas útiles para reparaciones del momento.
La primera parada fue en Santo Tomé, Ctes y de ahí a la Aduana. Hacer los papeles es muy sencillo, el tema es que si nunca fueron no hay información y podés llegar a estar un par de horas dando vueltas. Lo primero es ir a hacer la “Entrada al país” en la oficina correspondiente a Brasil, se llena un formulario (muy fácil y corto) por persona, te lo sellan y listo. En la parte Argentina en un papel los gendarmes anotan los DNI y la patente del vehículo y esa es la “Salida”, todo esto hay que presentarlo a la vuelta así que a no perder nada.
Justo cuando nos disponíamos a salir se vino la tormenta del siglo (sí, esa que también sufrieron en Bs As y el sur de Brasil). Parecía que el mundo se venía abajo, tanto que dejé la moto sobre el caballete central porque parecía que se iba a caer con el viento.
Nos pusimos los trajes de lluvia, esperamos que pase un poco y seguimos. El “capaz en 20kms para” se transformó en 300kms. Un aguacero de proporciones que nos desmoralizó bastante y a pesar de nuestros buenos equipos, la humedad y el frío se hicieron sentir.
Paramos más o menos cada 150kms a repostar combustible y a tomar algo caliente que nuestros cuerpos nos agradecían.
Acá, parada en Santa Maria (se puede notar el barro y la mugre):
De pronto, las nubes se hicieron a un lado y todo pareció mejorar, seguimos en dirección Este y sin inconvenientes, aunque ya habíamos perdido como dos horas entre paradas y lluvias.
Llegando a un pueblo llamado Portão empieza lo mejor del camino, ya que se hace autopista o bien ruta de dos sentidos pero de dos carriles por mano. Ya después viene lo más lindo que es el camino de montaña donde hay curvas realmente cerradas, lo que hace las delicias de los motociclistas ya que se extienden por 35km y hasta llegar a Gramado-Canela.
Justo antes de empezar este tramo es donde casi no la contamos. Llegando a la ciudad de Taquara hay en las avenidas unas “tortugas”, llamados allá “tachões” que no son más que ojos de gato para señalizar y dividir carriles, son ilegales desde 2009 y de un tamaño que mete miedo, pero además pintados del mismo color que la línea que dividen, o sea que no siempre se ven de día.
Acá una foto ilustrativa de qué se trata (estos se ven, son de distinto color):
Y acá un artículo donde dice que están prohibidos, muy interesante:
http://www.folhabv.com.br/noticia.php?id=75068Le dimos a uno como veníamos (80/90km/h) y la moto dio un salto que no voy a olvidar. Un golpe muy duro y cuando cae escucho el chillido de las cubiertas al dar contra el pavimento, hace un shimmie a lo Schwantz y no sé cómo la sostengo. Hace otro más y rezo por una fracción de segundo, también lo evito y ahí todo vuelve a la normalidad. Huevos en la garganta, paramos al costado (por suerte no venía nadie detrás), abrazo para pasar el miedo y agradecimiento a San Valentino que nos dio una mano gigante. Nunca en 23 años de moto me había pasado algo semejante.
Evaluación de daños mediante, acá está el resultado:
Saqué el calibrador Michelin que siempre llevo conmigo y veo que no pierde aire, aunque viendo de arriba se ve hasta el talón de la cubierta (Michelin Pilot Road 2CT). A partir de acá el viaje es otro, ya todo el tiempo seguimos con miedo a que se rompa algo o quedarnos tirados en medio de la ruta. Se viene la noche (literalmente) y queremos llegar, encima viene el tramo de curvas que no pudimos disfrutar por lo ocurrido.
Llegamos subiendo a 90km/h y con mil ojos. 13 horas de viaje con todo: lluvia, frío, cansancio, casi accidente, uffff.
Nuestro Dios nos sonríe de nuevo y encontramos hotel al toque, una posada increíble que se llama Jardim Azul, de buen precio y una atención inigualable. Nos dicen que es muy difícil encontrar lugar en esta fecha porque Pascua se festeja en toda la ciudad y está todo abarrotado, suerte de enamorados, quizás (o de moteros).
Acá, foto de la entrada de la posada:
Algunas vistas son muy buenas:
Y, por supuesto lo mejor de la zona, su comida, en este caso el desayuno colonial que te ofrecen:
El que haya ido a Brasil sabe de lo que hablo, en este caso es mejor aún porque hay dulces de la zona, jugos de uva y tortas caseras, en fin, para quedarse a vivir.
Canela y Gramado son dos ciudades coloniales con gran influencia alemana e italiana y están separadas por una ruta de 6km que parece una avenida de doble mano, y donde se encuentran infinidad de locales comerciales, hoteles, atracciones, todo pensado para el turista. En este caso y por la fecha las dos ciudades estaban decoradas con huevos de Pascua, conejos, chocolates y todo lo alusivo a la Semana Santa.
Algunas fotos más:
La famosa Catedral de piedra o Iglesia Matriz, ahora con juego de luces que van variando los colores y que la hacen más bella de lo que es:
Y más arte:
Y así como se mantienen algunas tradiciones, también está lo moderno, lo último, lo más “europeo”, como demuestran estas tomas en una estación de servicio:
La Yamaha entre las dos bestias italianas:
Detalles de la Ferrari:
Y del Lambo:
Sobre esto, qué decir que no se haya dicho ya. Lo único es que la Ferrari suena mil veces mejor (a mi gusto) que el Lamborghini, pero éste tiene una estampa y una presencia inmejorables. Sinceramente el rato que estuve con estos autos me “hicieron” el viaje. Nunca voy a olvidarlo.
Ah, para los que les gustan los americanos, también había (varios):
Bueno, con el paso de los días el viaje se terminaba y vimos algunas maravillas naturales, como la Cascada del Caracol, lindo salto de agua a donde se llega por unos 6km de rutas increíbles.
Acá la ruta y el salto de agua, donde se ve perfecto las “tortugas” esas de las que hablé:
Por último, hablar de las exquisiteces culinarias en un párrafo aparte.
Probamos de todo y todo nos gustó, como era la Chocofest tomamos un delicioso chocolate caliente y como dice el amigo ROCA, el chocolate Premium es OTRA cosa:
Y si van algún día, no dejen de probar dos cosas, la Secuencia de Fondue, se trata de una Fondue de queso muy tradicional, seguida de una Bourguignon con diferentes carnes o bien hecha en una piedra volcánica en la mesa y al final se termina con una de chocolate donde se ponen diferentes frutas, increíble!
La segunda cosa imperdible es el Café Colonial, se trata de una comida que tiene desde salados de todo tipo, chacinados, encurtidos, fiambres, etc y también comidas dulces, tartas, tortas, dulces regionales, jugos, etc etc, no es barato, pero es imperdible.
Bueno, asi termina nuestro viaje, por suerte llegamos a destino sin inconvenientes tras 10hrs de ruta, ahora a conseguir quién me repare la llanta y a planear el próximo paseo.
Espero les haya gustado la crónica y espero sus comentarios.
Barri, 09 de abril de 2012.