por Segundo el Mar Jun 03, 2014 6:59 pm desde Laboulaye, Cordoba, Argentina
2 de junio
Ya estoy en La Paz, pero me ha tocado pasar la jornada más accidentada -con algunos episodios peligrosos- desde que salí de Traslasierra.
Pero no nos adelantemos. Me levanté dispuesto a reanudar mi viaje, con buen ánimo. La peregrina ya estaba lista desde la noche anterior. Fui a tomar mi café y al llegar a la Plaza se escuchaba una banda militar. No sé qué tocaban, quizás era el himno, lo cierto es que todo estaba detenido, inmóvil, mientras sonaba la música. Autos, gente en las veredas, jugando a las estatuas. Hice lo mismo. Con el último compás de la banda todo el mundo se puso en movimiento a la vez, como en una película cuando sacás la pausa.
Mandé mi diario de viaje y volví al hotel. Me despedí y salí de Cocha. Hubo problemas con la nafta desde el principio. Tuve suerte en poder llenar el tanque en una Gasolinera, porque casi todas estaban cerradas o con enormes colas.
Empecé a ascender las montañas, con dirección Noroeste, rumbo al altiplano. Paisaje alucinante. Al borde de la ruta, a tramos casi regulares, perros echados en la banquina, tomando sol y esperando ¿Qué cosa? Ni idea, todos los perros que no estaban en Cocha estaban en el camino, debo haber visto más de un centenar.
Me crucé con un grupo nutrido de motoviajeros, uno iba en una moto naranja, con su sidecar vacío. La peregrina empezó a jadear un poco, y a perder entusiasmo, cuando pasamos los 4000 metros sobre el nivel del mar. Nada grave.
Seguí subiendo hasta llegar a los 4500 metros. Ahí hay un sitio llamado “La cumbre”, con un par de casas, y una iglesia. Después de eso comienza el descenso hasta unos 3800 metros que es la altura promedio del altiplano.
No había nafta en ningún lado. Empalmé la ruta que va a la Paz y en una de las gasolineras vacías me avisaron que había un gran bloqueo más adelante. Estaban cortando la ruta en varios puntos, en una gran protesta. Quizás por eso los camiones-tanques no había podido llegar.
A unos 100 km de la Paz vi el primer bloqueo. Una fila de camiones y ómnibus de unos tres kilómetros. Me adelante por la banquina hasta llegar al piquete. Por el asfalto no se podía pasar, habían bloqueado con muchas piedras y mucha gente. Al costado había una barranca de piedras, bastante profunda, y una huella. Decidí encarar por ahí, pero 5 cholitas aymaras me cortaron el paso. Estaban armadas con unos especies de látigos, o arreadores, con los que llevan su majada o ganado. Quise hacer un intento de negociación pero no hubo caso, estaban furiosas. Adelanté, mientras hablábamos, un poco la moto para ver si podía posicionarla para mandarme por el barranco. Agarraron tremendas piedras, se pusieron a revolear los látigos, una quiso desinflarme la rueda delantera.
Volví a negociar, sin éxito. Un tipo que estaba con ellas quiso interceder para que me dejaran pasar, le echaron flit y se tuvo que ir a la cucha. Papá, que mujeres tan bravas, no les cabe una.
Decidí esperar hasta encontrar un oportunidad, que apareció unos 20 minutos después, cuando trataron de detener otra moto y abrieron una brecha. Me mandé, a fondo, porque temí que me tiraran piedrazos. Casi me la doy en la bajada, y en la subida también, pero seguí adelante.
Solo 500 metros después, otro piquete, pero de hombres. Yo ya estaba medio jugado así es que aceleré y pasé por un hueco.
10 kilómetros después, otro más. Esta vez habían cruzado un camión en la ruta. Me tire por la zanja y casi me quedo en el fondo, porque los neumáticos tourance que había cambiado antes de salir son mas que nada para ruta, muy lisos.
Despues de un trecho otro bloqueo. No tenía tiempo ni de ponerme a putear, habían puesto vigas de hierro, troncos y unas pilas altas de piedras. Apunté a las piedras y le di para adelante. Sentí un golpe fuerte, abajo. No le di bola, seguí.
En el siguiente piquete me mandé a campo traviesa, atravesando pedregales y lechos de ríos secos, en paralelo a la ruta. Off road a full. Vamos nene, que suerte que voy en una moto trial.
Como la estrategia resultó exitosa (equipo que gana no se cambia) probé lo mismo en el próximo pero me encontré con unas zanjas profundas. Tuve que hacer un rodeo enorme y me costó un huevo encontrar la huella de nuevo.
El ultimo, creo que fue el séptimo fue el más jodido. Allí estaba otra vez la larga fila de kilómetros de autos, buses, camiones, pero viniendo de la Paz. Llevaban horas parados. El piquete aquí tenía cientos y cientos de personas. Me quede estudiando la zona, con detenimiento. Vi una gente que atravesaba a pie un especie de sendero, con sus bicicletas en la mano. Decidí seguirlos, aunque era muy escarpado porque se trataba de las pilas de tierra que quedan de las reparaciones. (Para complicar la cosa toda la ruta está en reparaciones, y hay como unas excavaciones para hacer puentes, y muchos desvíos) Cuando me vieron pasar me empezaron a gritar, no les di bola. El caminito bajaba y subía unas barrancas muy peligrosas y casi me voy a la mierda en la última subida, que era muy empinada.
Salí del otro lado, grite mientras aceleraba, los bloqueos se habían terminado, pero ahora se me venía la noche y estaba dispuesto a darle rosca para llegar antes que me agarrara.
Llegué al Alto, una ciudad gigante que está pegada a La Paz. Allí estaban las casas de estilo Barroco Psicodélico que les conté, pero apenas pude fotografiar alguna en los momentos que el tránsito se trababa. Fueron unos 15 km de congestión. Un verdadero infierno.
Justo en el borde del altiplano hay como una quebrada y allí está la ciudad de La Paz, hay que comenzar a descender, interminablemente, con una vista realmente increíble. Todas las casas colgadas de los cerros, las montañas nevadas alrededor y una arquitectura realmente ecléctica.
Ya casi era de noche. Una amiga; Diana, de la Nave, me había invitado a quedarme, pero vive en la zona sur. Tenía que atravesar toda la ciudad, otros 20 km de embotellamiento.
Una hora después la encontré en una esquina, me estaba esperando. Alivio indescriptible.
Al bajarme de la moto escuché que sonaba raro, como si le faltara aceite. Pienso que algo pasó, pero estoy tan cansado que solo quiero tirarme a dormir. Veremos, además, cómo me pega el apunamiento, por ahora solo síntomas levísimos, pinta bien.
Mañana evaluaremos las heridas de mi cabalgadura, es al pedo preocuparme ahora. Lo que sí puedo decirles es que, para llegar La Paz, tuve que meterle mucha guerra.