!!!Estamos en Coooooordobaaa!!!

Anuncios y coordinacion de salidas, encuentros, viajes y todas esas cosas que nos gustan planear.

Notapor Lagueado el Jue Mar 29, 2007 5:39 pm desde Mataderos, Capital Federal, Argentina

Chicho escribió:Man !! como estas !!! con ganas de hacer ruta no !!! .
Que te parece mas caliente que una pipa!!!!!

Sabes que tambien le tengo ganas a ese viaje , pero el tema que necesitamos minimo 15 dias y ya quemé casi todas mis vacaciones y solo que queda una semanita para este año .... como te ves para el mes de diciembre , algo vamos a hacer , pero te digo que el año que viene es seguro que vamos a San Rafael Mendoza ...
Saludos

Dale, vamos a darle forma Diciembre me cabe gralmente voy a San Luis para esa fecha asi que unos kms mas y estamos en las bodegas a full
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Una curva es la distancia mas divertida entre dos puntos
Lagueado
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vacaciones

Notapor CARLOS ALANIS el Vie Mar 30, 2007 1:18 pm desde VICENTE LOPEZ

tengo pensado para las vacaciones del 2007 Mendoza.
A planear !!!!
CARLOS ALANIS
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Notapor Fede el kaelerrero el Sab Abr 07, 2007 3:22 am desde Villa Gesell

Me alegro que les hayan gustado las fotos y lo que les conté. Me llevó un tiempito mas hacer la segunda parte pero aquí está. Después de esto creo que no posteo mas porque creo que agoté mi cupo anual de caracteres y casi borré las letritas del teclado.


Nuevamente sábado por la mañana y empezaron a sonar los celulares de todos a las 8:00. el mensaje decía: ‘Despiértense, a madrugar que hay que viajar, es un día espectacular aquí’. Era Claudio desde Calamuchita, que parece que estaba bastante ansioso para que vayamos todos para allá. Así que armamos bolsos y partimos.
Pensábamos parar mucho, pero la primera parada nos fusiló. Estacionamos al costado de la ruta y a Chris se le ocurrió llegar caminando hasta un pequeño charco de agua que había montaña abajo. Teníamos mas de 30° de un calor seco y resultaba interesante adentrarse un poco en la nada hasta un charco refrescante. Pues el charco tenía agua estancada, en el camino se oían las víboras advirtiéndonos que no nos metamos en su territorio, por lo que procurábamos evitar los pastizales. Y en el medio de la nada, apareció un viejo a caballo, impecablemente vestido con una camisa blanca que encandilaba y con olor a colonia de afeitar, que nos preguntó si buscábamos a alguien. Evidentemente ya no quedan lugares ajenos a la civilización. El viejo, que seguramente tenía mas de 80 años, ató el caballo a unos 50 mts debajo de la ruta y trepó entre las piedras hasta la ruta. Cinco minutos después paró un camión liviano y un grandote medio torpe entre chanza y chanza le entregó al viejo las mercancías que el anciano tan puntualmente había venido a buscar desde el medio de la nada.

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Seguimos adelante. Chris, paró en un puesto para comprar un cuero de cabra para ponerle como colchoneta a su pichicho y nosotros seguimos, pues ya saben, Chris tiene un R6 y con eso se alcanza a cualquiera.
La segunda parada la hicimos en un parador que se llama Fundación Condor. Creo que no podíamos haber parado en mejor lugar, pues para mi fue lo mejor que tuvo el viaje. Recorrería esos mil kilómetros otra vez solo para disfrutar nuevamente de ese espectáculo.
La Fundación Condor es un restorante con precios accesibles que tiene en su interior el museo del Condor, una sala con fotografías y articulos periodísticos de los cóndores de la región y otras especies. El dueño de este parador es hoy un hombre gordo que debe haber pasado los 60 y es muy ameno a la charla con los ocacionales clientes del lugar. Se vé que el tipo disfrutaba de sentarse a conversar en las mesas de la gente y contar anécdotas.

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En las decoloradas fotos del museo, se lo vé mas joven, con una vestimenta tipo Daktari, rescatando y liberando en la inmensidad cóndores en cautiverio. En un momento pasó alguien por esa sala y me llamó para comer, me quedé un momento ahí, no podía volver, porque estaba muy emocionado mirando esas fotos y no iba a poder explicar por que estaba tan sensibilizado. Siempre quise hacer esas cosas cuando era chico, vivir en la naturaleza y dedicarme al rescate de animales, pero ya saben, que te dicen que de eso no se puede vivir, que parece divertido pero te asegura una vejez en la miseria, etc, etc, etc. Me dediqué a las computadoras y siempre sentí un poco de culpa por no hacer nada por los bichitos y porque nadie haga nada. Me emocionó mucho saber que alguien si lo había hecho, a pulmón con todos los sacrificios que eso implicaba y ese alguien disfrutaba de su vejez conversando animosamente enfrente mío y compartiendo con desconocidos el lugar que había creado.
Como siempre, el reconocimiento llega tarde. Y una placa de la gobernación de Córdoba, le agradecía al dueño del lugar apenas en el año 98 todo el esfuerzo al que había dedicado su vida para evitar la extinción de nuestro pájaro nacional.
Unos segundos antes de la comida con el chiquitin nos mandamos una trepada mas. Esta vez a un mirador que se usa para detectar incendios, un mangrullo de hierro medio desvencijado pero que nos aguantó a los dos.
Comimos muy bien en el exterior mirando un valle y coloridos pájaros que venían a picotear el maíz y el alpiste que los mozos cada mediodía esparcen por el lugar. Cuando terminamos, alguien gritó, ‘salgan afuera que ahí viene’. Todo el restorán se vació y vino corriendo a ese balconcito natural en el que estábamos. Nos asustamos, pensamos que se nos venía una roca desde la montaña.
Resultó que era un águila que estaba parada en la cresta de la montaña esperando su premio por exhibir su número. En ese momento uno de los trabajadores del lugar, coloca un churrasco crudo en el extremo de una caña y lo enarbola. Le chifla al águila, y está, después de esperar unos minutos, quizás para asegurarse que no es peligroso bajar o quizás para asegurarse que todos estén afuera listos para fotografiarla, se lanza en un planeo suave, pasa a un metro de nuestras cabezas retira su paga por el espectáculo y utiliza el resto del valle para comenzar a batir las alas y remontar el vuelo. Esta es la única foto que pude sacar de ella antes de lanzarse, después me quedé sin baterías y gracias a eso la disfruté en todo su vuelo. El resto apuntaba para todas partes y no pudieron embocar la imagen. Así que la próxima ya lo sabemos, la cámara en un lugar fijo y programada a repetición. Es un pájaro maravilloso, el plumaje es gris ceniza, jaspeado con pintas negras y la parte de abajo de las alas es celeste como el cielo.
Todavía faltaba recorrer el camino del Observatorio, el mas peligroso de todos, según decían mis compañeros pero que nos ahorraría unos 20 kilómetros, cosa que cada vez era mas necesario porque las nubes se nos venían encima.


El camino del observatorio es un trayecto de curvas cerradísimas y con muy pocos lugares para detenerse, está deteriorado en algunos puntos, pasan muy justos dos autos y no esta pintado con líneas divisorias ni laterales, así que transitarlo de noche o con nubosidad densa es casi suicida.
Por suerte esta vez no había nubes bajas, había sol y casi no había tráfico, lo atravesamos muy rápido y quizas por eso no me resultó tan peligroso. Nos pasó en contramano un transalp a las chapas y después nos volvió a pasar pero esta vez en nuestro sentido. Yo venía en bajada tratando de embocarle a una curva en U y veía al resto mas abajo tratando de embocarle a la contracurva. Para Chicho, que iba adelante, el Transalp debió haber salido de las nubes y casi lo tira al precipicio del volantazo que tuvo que pegar cuando vió por el espejo que la mole se le venía encima. El flaco bajaba las curvas cerradas casi acostándose con la moto.

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Llegamos a Alta Gracia casi a las 3 de la tarde, ciudad desierta porque era sábado a la tarde y porque era la sagradísima hora de la siesta para los cordobeses. Cargamos y seguimos al encuentro de nuestro amigo Claudio que impacientemente nos venía siguiendo por celular.
Paramos en el embalse Los Molinos a tomar algo refrescante, a sacar fotos y a buscar todo aquello que no había, a saber, baterías para las cámaras, cigarrillos, que llegaban en una hora según decía un pachorriento cordobés mientras hojeaba aburrido una revista, y baños, que estaban cerrados porque el cuidador no había venido. Asi que en medio de la montaña, al igual que en el micro centro porteño, tuvimos que pagarnos unos licuados para poder hacer uso del baño del parador y no tener que posar impúdicamente detrás de los pocos arbolitos del lugar ante los turistas.
Continuamos ahora si hasta Calamuchita y ni bien terminan las montañas que encierran el embalse se abre ante nosotros una ruta serpenteante, de un verde brillante, con el pasto prolijamente cortado a sus lados y con toda clase de arboles bien distribuidos. Como había dicho Chicho, esto parecía la ruta a Bariloche pero sin nieve.
Fuimos pasando pueblo tras pueblo, todos distan de 10 km aproximadamente uno del otro y pasamos por varias bajadas pronunciadas, de esas que te quitan el aire cuando te lanzas desde arriba al igual que en una montaña rusa.
Finalmente, a 10km de Santa Rosa, llegamos a Rumipal, dónde estaba esperándonos Claudio y Rita en el hotel del sindicato de los gomeros. Un hotel enorme, montado como los sindicatos solían hacerlo, es decir a todo trapo. De mas está decir la cara de felicidad que tenía Mosto al vernos llegar y al ver por primera vez motos japonesas por esos parajes. Al principió pensamos que no nos íbamos a quedar allí, primero por la atención algo descortes que tuvieron los encargados hacia nosotros y después porque estábamos a 10km de Santa Rosa, que para ir y volver de noche al centro, como lo hacíamos habitualmente en Mina Clavero representaba una pequeña aventura que requería que estemos con todas las luces prendidas y nos abstengamos de tomar una pizca de cerveza en la capital cervecera del país.

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Lo cierto es que primero la pileta del hotel, después la tranquilidad del lugar y finalmente las comodidades del hotel y sus precios muy razonables hicieron que día a día nos fuéramos convenciendo de no sacar las patas de ahí.
La primera recorrida por Rumipal resultó breve, en realidad es un pueblo chico, así que a cualquier punto se llega enseguida. Claudio nos acompañó a comprar aguas, baterías y cigarrillos al centro.Para eso Ale le prestó su moto y no pude fotografiar la cara de felicidad del Mosto mientras paseaba por la avenida de Rumipal en una moto parecida a la suya. Rumipal es uno de los tantos poblados que rodean al lago del embalse del Rio Tercero, así que ni bien termina la avenida, unos pocos metros mas por camino de tierra nos depositan sobre el lago dónde Claudio en estos días habia estado tratando de sacar un Pejerrey pero hasta ahora solo había obtenido carnada. Nos sacamos unas fotos alli, volvimos, nos bañamos y nos fuimos a cenar unas pizas a Santa Rosa.
Noche de sábado en Santa Rosa, el centro estaba atiborrado de gente. Mientras Claudio y las chicas buscaban mesas para comer, con Chicho y Chris nos fuimos a buscar a uno que alquilaba casas y que ya les había alquilado unas casas muy baratas a ellos el año anterior, pero no lo encontramos y al otro día nos enteramos que las casas estaban ahora mucho mas caras. Eso, los partidos de bochas y de metegol, en el cual Chicho me enseño a amasar la pelotita como si fuera un moco, hizo que nos quedáramos unos días mas en el hotel.
Esa noche solo me tomé medio vasito de cerveza, porque Claudio la pidió y yo me tenté. Volvimos con noche cerrada por una ruta de lomas y curvas detrás de la lomas, con Chicho adelante que nos iba guiando con los giros el sentido de las curvas, Ale y yo en el centro, Chris atrás con sus poderosísimas luces que casi reemplazaban a las muy pobres que tiene mi moto y Claudio cerrando el paso con el auto a los que venían a las chapas y buscaban adelantarse a cualquier precio.
Chicho y Ale siguieron 5 kilómetros hasta Embalse para ir al casino y el resto nos fuimos a dormir.
Al otro día fuimos hasta Santa Rosa, a ver si conseguíamos casa, que como dije no conseguimos y nos trajimos a cambio unos pollos con papas que degustamos hasta reventar en el camping de Rumipal junto al lago. Después vendría la venganza de Claudio contra los pejereyes que ahora con el apoyo táctico de ideas que le probería Chicho y Ale amenazaba con ser una verdadera masacre.
Ya era media tarde, y a mi pescar me embola bastante. Tenía ganas de tomar fotos de ese camino que habíamos hecho al entrar en Calamuchita, así que me subí a la moto y salí. Paré cada 3 kilómetros a sacar fotos y anduve y disfruté de ese paisaje hasta que el sol se escondió. Ahí recién me percaté que tenía que volver y que iba a volver de noche. Pegué la vuelta a pocos kilómetros del embalse Los Molinos y le metí pata porque la oscuridad se me venía encima. Llegué de noche a Villa Gral. Belgrano y seguí los 20 km que me faltaban hasta Rumipal. Le pifié dos veces a la entrada pero llegué. De mas está decir que los encontré a todos preocupados por mi ausencia y lamento haberlos hecho pasar ese mal rato pero yo soy así, me gusta escaparme de vez en cuando.
Esa noche cenamos muy bien en el hotel y como ahora no había que conducir nos vaciamos la botella de cerveza con el amigo Mosto. Con la panza llena nos jugamos unos partidos al metegol y la seguimos con un par de partidas de bochas.
Lunes por la mañana, teníamos programado ir a desayunar al embalse Los Molinos, pero como con Claudio no nos gusta viajar con la panza vacía, nos fuimos a comprar unas facturas a una alemana que contaba las facturas en aleman y nos tomamos una buenos mates mientras esperábamos al resto de los madrugadores.
Salimos entonces para el embalse y llegamos cerca de las 11 de la mañana. En el parador anterior la historia era la misma, aún no habían llegado los cigarrilos de antes de ayer, el baño seguía cerrado porque el encargado no había venido y ninguno de los locales de artesanías estaba abierto. Además, en el local dónde habíamos tomado los licuados estaban limpiando los vidrios y al parecer cuatro cordobesas no pueden limpiar los vidrios y servir siete desayunos al mismo tiempo. Una pena que un lugar tan bonito esté en manos de haraganes semejantes.

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Montamos las motos y deshicimos el camino de vuelta a un parador que pasamos anteriormente y no parecía tan coqueto. Aquí si nos atendieron muy bien, tan bien que nos pasamos el resto de la mañana allí. La dueña, ex porteña, una morocha que tocaba los 50, era ex motera, había tenido una Honda 1100 de los 80 y solía juntarse con un grupo de pisteros que en esos años rondaban por dónde hoy rondamos nosotros. Su hermano y su novio también estaban involucrados en estas salidas y como nosotros, pero 20 años antes, habían conocido la misma clase de experiencias desagradables que nos traen nuestras máquinas cuando nos pasamos de la raya sin darnos cuenta.
Noté cuando pasé al baño del restoran, que por cierto era un restoran muy bonito, pequeño pero todo recubierto en madera y con techo de paja, que alguien hacía uso cotidiano de ese baño, alguien vivía alli, porque había shampues, cepillos de dientes y articulos de tocador. Conversando no enteramos que ella vivía alli, porque si se iba corría el riesgo de que los paradores vecinos le prendieran fuego el lugar. Contó que ya le había pasado un par de veces y que a esos extremos llega el salvajismo de la competencia en ese lugar tan idílico dónde todo es tan bello y tan agreste. Nos contó como le había pasado de ver impotente como su restorante, atiborrado de mercadería para despachar en los días venideros a la fiesta de la cerveza, ardía en llamas y las botellas de ginebra y demás bebidas explotaban por todas partes sin poder hacer nada para evitarlo.
Antes de retirarnos bajamos ahí mismo hasta un muelle flotante que la morocha había construído en el lago y nos sacamos unas fotos aquí también.
De aquí nos fuimos a un pueblo llamado La Serranita. Un pueblo con calles de tierra, algunas algo empinadas, con un par de bares cerrados por estar fuera de temporada y por ser hora de la siesta y un gran hotel de sindicato junto al río. Alli nos pasamos el resto del día después de una suculenta picada y de haber acabado incluso con el salame que Chris le había comprado a su padre. Tenía un río muy parecido al de Salsacate, pero con lugares bastante profundos. Sirvió igual para cruzar a la otra orilla, caminar entre las piedras, atajarlo al Chris para que no se lo llevara la corriente o para que un ancho Ruben Mosto Peuchele con gorrito de Piluso levantara y tirara piedras del tamaño de una mochila.

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Ese día volvimos agotados, pero aún así Claudio se mandó un asadito en la parrilla del hotel y después de un partido de pool para conseguir una bola que pudiera servir de bochín nos hicimos un partido de bochas como correspondía, con bochín y todo, ya que el bochín original nunca lo encontramos y el perezoso que estaba encargado del hotel se limitó a decir que los chicos lo debieron haber tirado al pasto.
Al otro día, me levanté temprano como de costumbre y con Claudio nos fuimos a desayunar unos mates al cerro Mirador, que está frente al hotel. Disfrutamos alli de unos mates viendo todo el lago y todo Rumipal. Alli arriba el sol empezó a picar desde temprano, así que ni bien terminamos los mates bajamos. Claudio y Rita se fueron a pescar al balneario de Rumipal y Chicho, Ale y yo nos fuimos a conocer el embalse del Rio Tercero.
Un paisaje pequeño pero muy bonito, con una cascada que pocas veces se ve así en el año porque pocas veces desborda el embalse. Se encuentra metida en un predio casi selvático no mayor a 5 hectáreas y a no mas de 200 metros de la central hidroeléctrica. La central es un edificio pequeño de 20 x 50 metros, muy prolijo y como nos tienen acostumbrados las centrales eléctricas, muy limpio. Tres pilotines la elevaban sobre el río y en la base de cada uno de ellos había una garza: papá, mamá y la garzita bebé que aprendía como sus padres pescaban pececitos del agua que encausaba la central.
50 metros antes de la central hay un criadero de truchas Arco Iris que nuestro avezado pescador de pejereyes, Mosto, se interesó en conocer dos días después cuando volvimos a realizar el paseo.

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El resto del día, los tozudos pescadores siguieron empecinados en obtener el gran pejerey, asi que se aprovisionaron de cañas en los comercios locales y se dispusieron a tomar el toro por las astas, o la mojarra por la boca mejor dicho.
Yo quería hacer ruta y conocer mas lugares, así que nuevamente me subí al Tengai y me escapé ruta adelante hasta dónde llegara.
Pasé por Embalse, dónde habían ido a jugar Chicho y Ale al casino la noche anterior, me metí por una avenida buscando el lago y salí a una ruta vacía. Pasé por un lugar llamado Unidad Turística Embalse, lo pasé tan rápido que no le di importancia. Continué hasta llegar a la Central Nuclear Embalse. La había visto desde el Cerro Mirador y me parecía que era una central nuclear porque se divisaba el domo de hormigón, pero me parecía medio incongruente que una central nuclear se encontrara tan cerquita de una central hidroeléctrica y de tantas localidades cercanas al lago del embalse.
Pues ahora estaba en su puerta de entrada y no me atreví a sacar fotos porque uno piensa que es área militar y que si sacas una cámara de te bajan de un tiro. Pasando la central comienza una recta de casi 5 kilómetros. Pensé que salía a la soledad de la ruta, asi que pegué la vuelta, pero después me enteré que al final de esta recta está el balneario mas conocido de la zona, al que llaman La Cruz y en el cual todos los años se hacen festivales de rock.
Desandando el camino volví a pasar por la Unidad Turistica Embalse. Una capilla parquizada muy elegante me llamó la atención. No había alambrados, supuse que esto ya no era zona militar, así que me mandé por caminos de tierra colorada con ripio muy fino.
Las fotos que posteo aquí abajo son de este lugar. Es un complejo de 7 mega hoteles y bungalows construidos en la época de Perón, son hectáreas y hectáreas parquizadas como un campo de golf, que empiezan a los pies de la ciudad de Embalse y terminan ya en una región casi selvática a los pies de la Central Nuclear. Es una ciudad turística, tiene policía y centro médico con ambulancias, tiene una capilla, piletas y canchas de tenis. Tiene también paradores con botes junto al lago. Los hoteles tienen varias alas, con comedores, bares, galerías con locales comerciales, auditorios y canchas de bowling. Dos de los hoteles estan cerrados porque estan realizando obras de mantenimiento, uno está abandonado y este año lo van a restaurar, pero está abierto y uno lo puede recorrer libremente para recordar un poco la película El Resplandor, donde Jack Nickolson quedaba al cuidado de un mega hotel de este tenor en temporada baja. Los otros cuatro están funcionando a pleno y son tan grandes que siempre parecen vacíos en un ir y venir de micros con contingentes de jubilados.

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Por lo que me contó un cuidador del lugar, esto es territorio nacional, todo el complejo es gratis para quien desee hospedarse allí, y tiene además almuerzo y cena incluidos. El único requisito es reservar con 3 meses de anticipación desde Buenos Aires. Lo único que hay que pagarse es el viaje. Como ven estos lugares no se promocionan pero existen. Según me contó el cuidador los habitués del lugar son los jubilados, los chicos de colegios del estado o carenciados y las instituciones con chicos o adultos con enfermedades psico-motrices.
Los peores, según me contaba, son los villeros, que muchas veces los trae algún puntero político como paga de alguna movilización y destrozan el lugar, quemando los techos con encendedores, escupiendo las paredes o rompiendo botellas de cerveza por todas partes.
Me cansé de recorrer caminos parquizados y me fui metiendo por ese laberinto de caminos hasta llegar a una zona ya bastante agreste. Tan agreste que había servido como refugio de unos hermosísimos patos negros con el pico amarillo que se alejaron a la seguridad del lago cuando oyeron que el Tengai se acercaba. Hacia los limites del predio los amplios caminos de ripio y tierra colorada se transforman en senderos, con baches anegados por el agua y ramas que obligan a pasar agachado. Allí en el fondo del predio, me encontré con una pareja que estaba acampando, con una canóa, un perrito y un gato que corrió a ocultarse ni bien vió la moto.
Finalmente el alambrado y mas allá el domo de hormigón de la central. Estaba perdido, no sabía como volvería, pero todos los caminos conducen a la salida y cuando quise acordar estaba otra vez en la ruta, y no solo esto sinó que quedé pasmado al ver que semejante mastodonte turístico continuaba del otro lado de la ruta montaña arriba.

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Volví como a las 4 de la tarde porque sabía que me estaban esperando para comer y me devoré 3 empanadas que me habían guardado. Conté lo que había visto pero medio que no me creyeron, sobretodo la parte de que todo era gratis.
Iban ya por la décima mojarra, antes de que un pequeñuelo local, compañero de pesca de los presentes, decidiera arruinarle el día a Claudio preguntándole si yo era su hijo. La cosa seguía igual así que con Chris decidimos irnos a la pileta a pegarnos unos chapuzones.
Antes de que bajara el sol me pegué una escapada hasta Santa Rosa porque me estaba quedando sin efectivo y quería encontrar un cajerito lleno de billetes frescos.

Finalmente al otro día tempranito se nos fue Chris. Nosotros nos pasamos el día en Santa Rosa, junto al río y por la noche nos fuimos a tomar unos helados, y en mi caso, a conocer Villa Gral. Belgrano. Fuimos todos en auto, porque eran 20 kilómetros y no tenía sentido tentar al diablo por un heladito. En Va. Gral. Belgrano encontramos 3 musculosas Harley, que dos días después encontramos en una estación de servicio cerca de Cañada de Gomez volviendo con nosotros. En ninguno de los dos encuentros nos dieron la menor pelota. Pero una cosa es cierta, las Harleys no pasan camiones como lo hacen las motos japonesas. Sin embargo una de ellas era digna de fotografiar, bastante nueva parecía, con un motor de 1200 cm3 o mas y por mas que parecía bastante compacta, metía miedo la potencia que podía salir de esa máquina.

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El ultimo día volvimos con Claudio y Rita esta vez a conocer la cascada del embalse y el criadero de truchas. Después recorrimos un poco la ciudad tratando de encontrar un lugar cerca del río para parar y encontramos por casualidad una disco de la década del 70. Una disco pequeña pero muy bien montada, digna de las revistas de Isidoro, con pistas en 3 salones y en varios niveles. Dos salas de reservados y un bar con mesas y sillas, todos con ventanales al lago y además una enorme terraza al lago.
La disco tenía además una bandada de gansos, que parecían ser huéspedes permanentes del lugar, así que nos pasamos un par de horitas ahí mojándonos las patas y alimentando a esos belicosos y desconfiados gansos.

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Por la tarde nuevamente hubo pesca y pileta, asi que me fugé nuevamente. Esta vez a trepar y ver a dónde llegaban los empinados caminos que bordeaban la ruta a la ciudad de Embalse. La pucha, ninguno llega a ninguna parte, se terminan perdiendo en senderos de montaña por los que solo se puede andar a caballo. Aprendí como trepa el Tengai el ripio, lo hace solito como en un autoelevador. Pero que bravo es bajar las pendientes de ripio de casi 45 grados y con curvas cerradas. Un par de esas bajadas me dejaron los nervios lo suficientemente tensos como para desear pasarme en la pileta el resto de la tarde.
Por la noche compramos los articulos de rigor, alfajores y remeras y cenamos en Santa Rosa en una tranquila y elegante parrilla algo apartada del centro comercial, con música folckorica muy suave de la vieja. Disfruté mucho de esta cena en ese lugar tan tranquilo, era la última, y dulcemente estaba poniendo un tranquilo final a la vorágine de todo el viaje.

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Elegimos la ruta 9 para volver para evitar el trafico de camiones. Pero parece que el campo está eufórico y nos topamos con largas caravanas de camiones con acoplados. Fue un viaje algo tenso en el cual decidimos distanciarnos y que cada uno se las arregle solo con la inmensa caravana de camiones. Desentendernos de los demás ayuda a concentrarnos en la conducción. Cada tanto nos reagrupábamos. Ale había estado descompuesta del estómago la noche anterior por lo que casi no había dormido y tenía un poco de fiebre. Imagino que fue un regreso doblemente tenso para ella aunque igual se desenvolvió muy bien. En un momento decidimos parar una hora al costado de la ruta, bajo dos inmensos eucaliptos, y una pequeña siesta le devolvió algo de las fuerzas necesarias para terminar la jornada.
¡Que pilota te mandaste Chichoooo!!!
A media tarde decidimos parar en Cañada de Gomez para pasar la noche allí, pero un campeonato nacional de bochas nos dejó sin plazas en los hoteles. Asi que continuamos ruta adelante entre filas y filas de camiones. Había un corte en la autopista que lleva a Rosario que nos desvió y casi nos perdemos. Ale y yo perdimos una valiosa media hora de luz de día al costado de la ruta tratando de orientarnos. En eso veo venir una moto que venía pasando un camión, pensé que era Chicho y le hago señas para que se detenega.
No era Chicho, era un personaje de esos que se encuentran en los motoencuentros a bordo de una Intruder atiborrada de bolsos con bigotes como manubrios al mejor estilo OCC y anteojos negros. El chabón me vió haciendo senias y pegó un volantazo y se mandó a la banquina por delante del camion. Todavía lo veo saltar entre los charcos mientras escucho el bocinazo del camión. Cuando se acerca venía frenando con los piés y me dice:
-Puta que lo parió estos frenos, dónde estamos???.
-A 20km de la Chrysler, le digo.
-Que te pasó?
-Nos perdimos.
-Yo tambien, estos melones cortaron la autopista y terminé acá, cuanto me falta para BsAs?
Se vé que el tipo estaba mas perdido que nosotros, con el triple de equipaje y con la noche que se le venía encima. Era de Quilmes y volvía desde Salta al parecer sin un solo mapa porque no estaba ni enterado que estábamos solo a 300km de Buenos Aires. Luego de preguntarme si necesitábamos algo continuó su viaje saliendo sigsageante y a los tumbos de esa banquina llena de barro.
Al rato apareció Chicho y ya con el sol encandilándonos en los espejos nos dirigimos hacía la panamericana. Llenamos los tanques y con noche cerrada entramos en Arroyo Seco a buscar hospedaje. Lo encontramos y creo que todos dormimos como lirones esa noche.
Al otro día ya Ale estaba casi recuperada, nos quedaba un tramo que ya conocemos bastante, el de panamericana. Paramos a almorzar en Zárate y tranquilamente nos metimos en las autopistas del sol y terminamos nuestro viaje.

Es una sensación rara estacionar en casa y apagar el motor. Uno lo siente como una pequeña traición, es como apagar las voces amigas de todos estos días con la llave de contacto. Pero el viaje terminó, habrá que juntar plata para otro y para que el giro de la llave de contacto traiga otra vez a nosotros las expectativas y las vivencias de una aventura nueva.
Les mando un abrazo a todos, disfruté mucho de todos ustedes y un especial agradecimiento a Chicho por su inmensa paciencia y por haberme sabido guiar como un maestro en este, mi primer viaje largo.

Federico
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Notapor Guarf el Sab Abr 07, 2007 4:19 am desde Montevideo, Uruguay

Sr. Federico ! no soy el indicado para ser el primero en hacer un comentario, pero me alegra y aprecio muchísimo que compartas tu viaje aqui en el foro.
Realmente es un sueño ese viaje que has hecho, amor que le tengo a las motos solamente se compara con el que siento por la naturaleza.
Jueves 03 de Mayo de 2007 a las 16:00 hs = Ninja Ex250r año 98.
Sábado 07 de Julio de 2007 a las 04:00 hs = Kawasaki Crash Test Dummy
Martes 15 de Septiembre de 2009 a las 15:00 hs = Ninja 650 año 09
Lunes 29 de Noviembre de 2010 a las 18:00 hs = zx6r año 10
Viernes 18 de Febrero de 2011 a las 19:00 hs = zx6r año 11
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hermoso

Notapor Chapu el Sab Abr 07, 2007 2:18 pm desde La Matanza, Buenos Aires, Argentina

Como siempre fede tu relato y las fotos son hermosas, y uno se siente bien que lo hayan disfrutado a pleno!!!
Ahora luego de esto, te quedaron los dedos mochos, los pusiste en hielo!!!

El monstruo verde te parte al medio!!!

Un abrazo gigante!!
Chapu
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Notapor Kawamaster el Lun Abr 09, 2007 11:51 am desde Villa Crespo, Capital Federal, Argentina




GRACIAS FEDE!!!!

Gracias por tomarte el "trabajo" (se que te gusta y por tanto no lo es) de escribir todo esto en forma TAN amena. Estoy recontra atrasado en la lectura del foro, pero me lo voy a tomar con calma. Nunca había estado 10 días sin entrar...

Cuanta alegría me trae saber que pudieron disfrutar de todos estos días juntos en la forma en que lo hicieron.

Lo que tu humildad no te permite escribir, es que es un placer hacer un viaje con vos. Me toco compartir un par de viajes de un par de días y sos un compañero genial. Siempre dispuesto a hacer cosas, a ayudar a quien lo necesite y siempre con el mejor de los humores.

Te mando un abrazo!

Fernando (Crazy Rider)
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Notapor Chicho el Lun Abr 09, 2007 12:38 pm desde Olivos, Buenos Aires, Argentina

Fede el kaelerrero escribió:
Es una sensación rara estacionar en casa y apagar el motor. Uno lo siente como una pequeña traición, es como apagar las voces amigas de todos estos días con la llave de contacto. Pero el viaje terminó, habrá que juntar plata para otro y para que el giro de la llave de contacto traiga otra vez a nosotros las expectativas y las vivencias de una aventura nueva.

Federico


Fede!!! gracias por el relato y todas las fotos que ingresaste en el foro , todo es tal cual lo indicas , fueron una vacaciones explendidas total !!! y en cuanto a la proxima vuelta de llave de las motos , que no te queden dudas que no dejaremos pasar mucho tiempo y la vamos a pasar de cien como este ultimo viaje ...

te dejo un abrazo ...y espero vernos pronto ..
Chicho
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Notapor dae el Lun Abr 09, 2007 1:38 pm desde Belgrano, Capital Federal, Argentina

fede, Espectacular! k relato man.. preparte el libro dentro de poco.. tenes memoria de elefante

un lujo leerte
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dae
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Notapor Cesar el Lun Abr 09, 2007 2:12 pm desde Lanus, Buenos Aires, Argentina

Fede tenes una redaccion extraordinaria!

Gracias a vos conozco ya gran parte de Cordoba!! :D :D
Un Abrazo
[url=http://img52.imageshack.us/i/avatarkawaclubyamahar1.jpg/][img]http://img52.imageshack.us/img52/201/avatarkawaclubyamahar1.jpg[/img][/url]
Cesar
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Notapor oscarco el Lun Abr 09, 2007 3:44 pm desde Wilde, Buenos Aires, Argentina

Buenisimo Fede...!!!!
Exelente...!!!
Un abrazo
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Oscar
oscarco
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Notapor k-lu el Lun Abr 09, 2007 9:31 pm desde San Miguel, Buenos Aires, Argentina

Hermoso Fede un lujo leerte..
te pasas con tus relatos...
Lucas
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Notapor Marcelo Revilla Cornejo el Lun Abr 09, 2007 11:30 pm

Qué buenas fotos!!! Espero lo estén pasando tan bien como parece. Lo que me impresiona y no sabía es que hay tiburones en los arroyos cordobeses!!!
Un abrazo y buenas vacaciones,
Marcelo
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Marcelo Revilla Cornejo
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Notapor Leito el Mar Abr 10, 2007 8:11 pm desde Capital Federal, Argentina

impresionante fede........que ganas de salir de viaje......andá calentando para diamante!
Leito
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Notapor Fede el kaelerrero el Mar Abr 10, 2007 8:13 pm desde Villa Gesell

Gracias amigos por sus comentarios, me pone muy contento que les haya gustado lo que les conté.
Se que es dificil coordinar los tiempos y las posibilidades de todos pero me gustaría que la próxima se puedan prender algunos mas. De hecho creo que para Diamante vamos a ser un lindo número, como lo hicimos el año pasado.

Les mando un gran abrazo.
Federico
Fede el kaelerrero
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