La moto se vendió al primero que vino a verla.
Desde ya que entre el precio de compra originario y la plata que le puse encima, sin contar el trabajo que les consta hice personalmente, perdí plata. Es un muchacho macanudo de Bahia Blanca.
La Super era un regalo, al igual que el ZX 11 para mi hijo, quien al menos por ahora no puede andar en moto. Decidí venderla mas que nada por que me hacía pensar en cosas que no deseo pensar. Seguramente Gabriel va a disfrutarla, la moto anda divina y esta impecable. En definitiva no es mas que un pedazo de fierro.
Billy