La terminal japonesa Suzuki productora de la división Motocicletas -además posee naútica, automóviles y grupos de fuerza, entre otras-, tiene una larga historia en Argentina desde principio de los años 80 con la empresa ya desaparecida Salatino, Baña y Compañía. Posteriormente fue cambiando a distintas empresas e incluso en algún momento dejar de tener representación oficial en Argentina. Pero desde hace dos años, la marca con origen en Hammamatsu (Japón), tiene sus bases muy firmes a través de Suzuki Motos Argentina. De la gestión de su gerente general, el español Juan Carlos Más Nombela, y una buena selección de concesionarios, están relanzando la línea de motos tanto de baja cilindrada como de alta gama y todos los repuestos.
Para este caso, y como ejemplo, llega la Suzuki DRZ 400, la cual, básicamente, está enfocada al usuario que busca una moto que tenga un mantenimiento acorde a sus ingresos y las necesidades sean de una tapa de nafta con llave, electro ventilador, arranque eléctrico y una traba, para quienes esta línea DR es lo que realmente buscan.
Es una moto razonablemente económica, radical, robusta, confiable y rápida. Además, cuenta con un chasis excelente y un motor que resulta potente. Si se la compara con su antecesora directa, la DR 350, esta 400 tiene un gran potencial (de 40 CV), para sacarle el jugo en cualquier tipo de conducción.
Lo primero que sorprende de la DRZ es la inmediata entrada en curva: dibuja la misma impecablemente y permite improvisar permanentemente. La horquilla delantera es muy buena: rara vez se pierde la rueda delantera en plena inclinación y, si lo hace, es de forma muy noble. Vale destacar que los 146 kg con los depósitos llenos de aceite, agua y nafta, ayudan bastante.
La aceleración en las 4 primeras marchas es muy buena (sobre todo en las 3 primeras) y la quinta viene a ser una sobremarcha para mantener una velocidad crucero correcta. En cuanto al consumo, según cálculos estimativos, se llega a un máximo de 5.5 l. en 100 km. En conducción normal, ciudad-carretera, se estará por debajo de los 5 l. y en conducción relajada (rectas a 90-100 km/h.) por ruta, durante el asentamiento, se llega a consumir 3.8 lts. cada 100 km.
Las revisiones técnicas son: cambio de aceite cada 6000 km., y aceite y filtro cada 12.000; reglaje de válvulas, a los 24.000.