Fuego verde
Prueba: Kawasaki ZX-10 R PSG-1
Cual piedra preciosa nacida en la naturaleza, la ZX-10 R del Mundial de SBK es una esmeralda de verde intenso pulida con tiento por Kawasaki. El fuego corre por sus cuatro cilindros capaces de alcanzar 220 CV, mientras que su instinto felino la convierte en una moto vertiginosa, endiabladamente eficaz y divertida.
Por Oscar Pena
Fotos: Kel Edge
Colabora: Circuito Ricardo Tormo y Kawasaki
Todos conocéis a Fonsi González Nieto, subcampeón del mundo de 250 y actualmente en las filas de Kawasaki en el Campeonato del Mundo de Superbike. También sabéis de su montura, una ZX-10 R. Pero lo que seguro os es más difícil saber, o imaginar, es qué se puede llegar a sentir cuando la lleva hasta sus límites. Por eso nos fuimos al circuito Ricardo Tormo de Cheste hace un par de semanas, y aprovechando unos entrenamientos organizados por Pirelli para los principales equipos del campeonato, charlamos con él para que nos lo explicara con pelos y señales. Pero ahí no acabó la cosa porque, y por eso entiendo que envidien mi trabajo, ¡pudimos probarla!
Poder Absoluto
La Kawasaki ZX-10 R del equipo PSG-1 transmite a quien está acostumbrado a los circuitos y la velocidad sobre motos de calle una sensación a medio camino entre el poder absoluto y el miedo. Cuando te atreves a abrir el acelerador al máximo las rectas se hacen extraordinariamente cortas, al tiempo que compruebas que su motor no parece tener fin. Observas con el rabillo del ojo un cuadro de instrumentos digital plagado de botones en el que unos "leds" te indican que sí, que por fin puedes cambiar de velocidad. Agárrate entonces fuerte porque la rueda delantera se levantará ligeramente cuando vuelvas a roscarle la oreja al puño del gas instantes después de engranar la siguiente velocidad. 220 CV entran en juego y si no cortas gas en la acción (equipa un sistema de cambio semiautomático para la ocasión), apenas pierdes un puñado de revoluciones en cada accionamiento.
El silbido del viento te golpea y hasta distrae si no vas completamente escondido tras la cúpula de burbuja. Risa, por decir algo, debe dar en pistas de interminables rectas como Monza. Por suerte, llegado el momento de detener a la esmeralda de Akashi tus dedos índice y corazón derechos son más que suficientes. Accionan un poderoso equipo de frenos todo potencia y suavidad, que te permiten dirigir la ZX-10 R hasta el mismo ápice de la curva sin que se inmute lo más mínimo. En la operación, que apenas dura unos instantes, también aprecias el gran trabajo realizado por Fonsi y los "hombres de verde" sobre el embrague, capaz de absorber toda la caballería en fuertes reducciones sin que la parte ciclo se inmute. Una delicia que sin duda ayuda cuando el ritmo es infernal y se lucha a brazo partido con un rival.
A la salida de las curvas hay que habituarse a la rapidez con la que el motor responde al acelerador. Con sólo insinuarlo y como si estuviera leyendo tu pensamiento, el cuatro cilindros en línea da rienda suelta a toda la caballería. En este punto surgen dos elementos clave: los neumáticos y el control de tracción. Los primeros son iguales para todos, caracterizándose por su nobleza y progresividad, la cual degenera en espectaculares derrapadas controladas en ambos trenes cuando el ritmo lo marcan los pilotos del Mundial. El segundo es el "talón de Aquiles" de la moto de Fonsi, así como la de otras motos japonesas. Y no porque sea malo, sino porque el utilizado por Ducati parece ser superior. De ahí que nuestro anfitrión haya adoptado un estilo de conducción en el que usa y abusa del freno trasero para controlar la entrega de potencia sin tener que renunciar a cortar gas.
Vertiginosa
Quizá seas propietario de una ágil supersport o una potente mil de última generación, e incluso puede que la tengas «vestida de guerra» para rodar en circuito. Pues bien, en cualquier caso, si te subieses en esta Kawasaki tu moto te parecería torpe y pesada. Y es que con apenas 165 kg y una parte ciclo muy bien puesta a punto se mueve de un lado a otro con una facilidad pasmosa y a una velocidad vertiginosa. Y eso que es bastante voluminosa a sus mandos, como la ZX-10 R de serie. Por su puesto esto no implica que renuncie lo más mínimo a una gran estabilidad y firmeza en cualquier situación… Cuidado, que con esto no digo que sea un moto fácil de llevar. Todo lo contrario, es bestial, agotadora, y para extraer todo el potencial a una piedra preciosa de tantos quilates como ésta has de ser profesional… Voy a la volver a la escuela a ver si me saco el título en un par de añitos.
En Detalle
La ZX-10 R del equipo PSG-1 en el que milita Fonsi tiene multitud de cambios respecto a la de serie, tanto en su parte ciclo como en su propulsor. El carenado es íntegramente de fibra de carbono, las llantas son aligeradas y los frenos de última generación. Destaca el gran diámetro del freno trasero por necesidades del piloto. Las suspensiones son Öhlins, con la horquilla invertida con botella de gas separada.
Estas son nuevas de cara a 2007. La maneta de embrague es de cross, y proporciona mejor tacto y palanca. En las piñas de los mandos encontramos un botón para cambiar la programación de la centralita (hay dos mapas diferentes registrados), y otro para circular a 65 km/h en el «pit lane». El cuadro de instrumentos es completamente digital, también se puede seleccionar el encendido, y los «leds» de máximas revoluciones sólo se encienden cuando el motor se acerca a su régimen máximo. El depósito de combustible tiene una pieza de carbono para que Fonsi se vaya acostumbrando a un tamaño del mismo mayor, pues de cara al próximo año tendrán de ampliar algo su capacidad de carga.
Los cambios en el motor son multitud y a todos lo niveles. Los escapes son de titanio y carbono Akrapovic. Con todo la potencia es de más de 200 CV.
Espero disfruten