Con esta nota empiezo una serie que podría llamarse "Noticias de la Historia" (gracias TN
) en la que pretendo homenajear a las máquinas emblemáticas de la marca de nuestros amores, así de paso las nuevas generaciones saben porqué Kawasaki es sinónimo de alta performance. Espero que lo disfruten.
Kawasaki Z-1 1972 - La primera Superbike
En los años ´60, era muy fácil describir a las motos japonesas. Eran pequeñas, no intimidaban a nadie. Eran –podemos decirlo- “simpáticas” y poco más…
Los moteros de verdad por esos años andaban en Triumph, Norton y BSA, incluso en Harley.
Hasta que el mundo entero se dio vuelta. Todo empezó –nobleza obliga- con el hito de Honda: la CB750 de 1969. Pero Kawasaki ya estaba allí desde el principio, con su tremendamente rápida H1 (500 cc, 2 tiempos, 3 cilindros) y la casi ingobernable H2, con la misma configuración pero de 750cc. Estas motos no eran precisamente muy “simpáticas”, más bien eran de temer por la aceleración que entregaban…
Entonces llegó el año 1972, y Kawasaki sorprendió al mundo con la nueva Z-1: Cuatro cilindros, 4 tiempos, doble árbol de levas a la cabeza, 903 cc y mucha, muchísima potencia para la época. El proyecto (código interno “New York Steak”) era la respuesta de Kawasaki a Honda, que se había adelantado con la CB750, provocando de inmediato la orden de los directivos de la marca de Akashi de desarrollar una cuatro cilindros ostensiblemente superior al producto del ala dorada.
Era, sin dudas, la moto más potente que nadie hubiera construido jamás. Esta máquina, más que ninguna otra, cambió para siempre el lenguaje del motociclismo. Los probadores de la época simplemente no podían creer el nivel de performance, comodidad de manejo y simplicidad de mantenimiento que Kawasaki había logrado presentar en la revolucionaria Z-1. Y ésta rápidamente se ganó su merecido apodo entre los aficionados: “La Reina”.
Además, para los standards de diseño de aquellos tiempos, era hermosa y muy moderna. Particularmente me encantan los escapes cromados 4 en 2 hacia arriba, una verdadera belleza!
El caso es que el público inmediatamente entendió lo que la Z-1 realmente era: el prototipo de la Superbike, el arma total para la calle y el circuito como la entendemos hoy día, y las motos desaparecían de los concesionarios ni bien las sacaban de la caja, fue un verdadero éxito instantáneo de Kawasaki.
Los demás fabricantes japoneses rápidamente tuvieron que adecuarse al nuevo standard impuesto por Kawasaki y con mayor o menor celeridad retrucaron con modelos muy inspirados en la joya de Akashi, copiando la configuración del motor, ciclística y estilo general del modelo. Esto inició una sangrienta guerra en la industria que provocó la declinación y caída de marcas históricas como Norton, BSA y Triumph, que no supieron ver por donde venía el futuro. Harley Davidson se salvó raspando gracias a la ayuda financiera, reestructuración empresaria y sobre todo un marketing muy agresivo y creativo, pero eso ya da para otro relato…
Para terminar, algunas fotos de la que para mí (y muchos otros) es la primera auténtica Superbike de la historia: Aguante Kawasaki!!!