Ausente sin aviso!
Me había olvidado que un viejo amigo inauguraba el sábado a la noche un restó-bar en San Isidro... Me acosté tardísimo y por cierto bastante "entintado", juro que intenté levantarme pero la fuerza de gravedad -por alguna extraña razón- me jugaba más en contra que nunca... Y bueh, otra vez será!