por Pollo el Vie Oct 09, 2009 3:13 pm desde Buenos Aires, Argentina
El de Yamaha parece encontrarse en un punto espléndido de madurez. Una madurez que le ha enseñado a ser más comedido y más confiado. A valorar más las cosas importantes y a huir de las supérfluas. Una etapa asumida por el mallorquín como una parte más de su trayectoria vital y que le está sentando de maravilla, porque nunca Jorge Lorenzo se ha mostrado más íntimo y accesible en una entrevista en la que nos habla de sus miedos, su familia, sus pasiones...
Relajado, dispuesto al diálogo y divertido... estoy frente a un Jorge Lorenzo muy alejado, en este momento, del piloto genial y bravucón al que se ama o se odia. Medita cada respuesta antes de contestar; se diría que por desconfianza pero, en realidad, Jorge Lorenzo Guerrero esconde un carácter sorprendentemente reflexivo que no se permite mostrar a menudo. Excesivo en la pista y comedido fuera de ella... ¡curiosa combinación! aunque mucho más habitual en el mundo de las carreras de lo que se cree...- tengo la impresión que el mallorquín ha decidido medir bien sus palabras para administrar en las dosis adecuadas ambas cualidades. Lorenzo es duro, muy duro. Se ha hecho a sí mismo en un mundo sin compasión en el que uno gana y los demás pierden. Y se nota. Pero esa autosuficiencia que tantas veces se le reprocha es más una defensa que una actitud ante la vida. No creo que a Jorge le duelan las críticas en sí tanto como, en realidad, sentirse incomprendido. El solo quiere hacer las cosas a su manera... pero eso no siempre gusta...
-Te veo ahora, relajado, suelto, riendo mis horrorosos chistes... y no puedo menos que comparar con el piloto serio, casi taciturno que vemos en determinados momentos y preguntarme cuál de los dos es el verdadero...
No hay dos Jorges. Es posible que, a veces, me cueste un poco expresar alegría... por eso a veces hay quien cree que soy serio. Pero no es verdad. No soy serio. Me gusta pasarlo bien... pero me cuesta exteriorizarlo.
-Tú sabes, Jorge, que a ti o se te quiere o se te odia. Eso es algo que te persigue. Nadie cuestiona tu talento en moto pero a veces se te reprocha cierta ¿chulería?...
Sí, es verdad lo que dices. Quizás eso pasa porque soy diferente al resto de pilotos, para bien o para mal. Yo se muy bien que soy una persona que, de primara impresión, entra difícil. Tengo un carácter fuerte y suelo decir lo que pienso... y la mayoría de gente prefiere personas más discretas y más políticamente correctas. Pero fíjate, es curioso porque ahora que he me he contenido, hay quien dice que he perdido frescura y que les gustaba más antes cuando decía más lo que pensaba.
-¿Estás diciendo que has aprendido a morderte la lengua...?
He aprendido que la vida es un compromiso, un término medio. Cuando eres joven no tienes compromiso. O eres buen estudiante o eres un desastre. No hay término medio. La madurez para mi ha significado eso; aprender que hay compromisos, términos medios. Y eso ocurre en todos los ámbitos de la vida. No me muerdo la lengua. He aprendido a decir cosas que interesen, sin pasarse pero sin ser soso.
- Hablemos de tus celebraciones. Hay quien las ve divertidas y quien las ve, simplemente, como afán de exhibicionismo...
Yo el protagonismo me lo gano en la pista. Entiendo que haya quien lo vea como exhibicionismo o ganas de llamar la atención. En realidad es mucho más sencillo que eso. Soy una persona creativa que busca, en ese momento tan especial que es ganar una carrera, hacer algo creativo. Siempre he sido muy creativo. Me gusta dibujar, cuando era pequeño me gustaba hacer películas con mi hermana pequeña... Hay momentos en los que necesito dejar salir algo de esa creatividad y las celebraciones de carrera me permiten hacerlo. De verdad; eso es todo. Respeto a quien gana una carrera de motos y lo vive como si acabara de salir de la oficina pero... ¡yo no soy así! Esta vida es muy corta y hay que vivirla como mejor puedas disfrutarla.
-¿Consideras entonces injustas algunas de las críticas que se te han hecho?
Injustas no. Si habia gente que opinaba eso es porque veía eso en la tele. Y lo veían porque yo lo transmitía. En España -y en Europa, en generalsomos muy clásicos respecto a la actitud que ha de tener un deportista. Lo hacemos todo demasiado serio, demasiado trascendente. A los americanos, en cambio, les encanta que sus deportistas sean un poco chulos y bravucones, porque ellos no venden trascendencia. Venden diversión. A ellos el concepto “Bad Boy” les encanta. Oakley, por ejemplo, que es una empresa americana, me reconoció que me fichó precisamente por eso, por esa imagen radical. Que si hubiera sido un piloto más sobrio, más plano, no me hubieran cogido.
-¿Has podido elegir ser otra cosa que piloto de motos?
Cuando mis padres se separaron, yo quería irme a vivir con mi madre. Una madre es una madre y una madre siempre sabe dar más cariño que un padre. Y tuve que elegir. Si me hubiera ido con mi madre, hoy no sería piloto. Imagino que igual de feliz. Pero no piloto. Sin embargo me quedé con mi padre. No me llevaba mal con él pero era muy duro. Entendí que, si quería ser piloto, quedarme con él era lo mejor, porque mi padre representaba privarse de cosas pero también más disciplina de cara a los entrenamientos y a la formación. Así que, como ves, pude elegir y elegí. Llevo tomando decisiones toda mi vida. ¿Hay cosas que no he podido hacer? Sin duda. Siempre ha habido algún momento, sobre todo cuando era más joven, en el que me hubiera gustado hacer algo que no he podido. Pero gracias a eso, a esas renuncias, estoy hoy aquí. Y gracias a eso soy tan fuerte mentalmente.
-¿Qué te hubiera gustado hacer de no haberte dedicado a las motos?
Como te he dicho, me considero una persona creativa y se me dan bien las manualidades... No se, imagino que me hubiera dedicado a Bellas Artes, al diseño... a cualquier cosa que tuviera que ver con creatividad... Me gusta diseñar, pintar... ya te digo, todo lo que tenga un punto creativo. O la actuación...
-Es verdad... llegaste a estudiar Arte Dramático...
Siempre me ha interesado el trabajo de los actores. Tomé un curso tres meses... no pude más por tiempo -eran cuatro horas diarias durante cuatro días a la semana- pero procuré disfrutarlo y aprender un poco. ¡Incluso me tocó hacer de cubo de basura en un ejercicio! Me encantaría algún día profundizar en el trabajo de los actores.
-¿Y cuántas veces has querido dejar las carreras?
El año pasado estuve muy cerca de tirar la toalla. ¡Ni te imaginas cuánto! Después de tantas caídas, después de hacerme tanto daño... después de quedarme inconsciente en Montmeló... me dije que no quería jugar con mi salud. Si ser piloto representaba jugarme la salud, lo dejaba... Era la quinta caída en cinco carreras... todas muy fuertes, todas haciéndome daño... En Montmeló la doctora que me atendió vio que tenía una pupila más dilatada que la otra y se preocupó mucho, porque eso suele ser síntoma de lesiones cerebrales. Me asusté mucho y quise dejarlo, sí. Después, la primera vez que me subí a la moto después de eso, me temblaban las piernas. Tenía miedo físico... Veía la caída en cada movimiento de la moto, en cada frenada pensaba “Me voy a caer y me voy a hacer daño...”
-¿Cómo se supera ese miedo? ¿Cómo consigue un piloto profesional volver a subirse en una bestia de competición y buscar el límite?
Con tiempo. El tiempo pasa y olvidas el dolor y vuelves a pensar en lo bueno, en darle gas... Vas rodando y vas recuperando la confianza carrera tras carrera, entreno tras entreno... No hay más. El miedo te ayuda, en realidad. Te ayuda a mantenerte vivo.
-”Más cornadas da la vida” dicen los toreros... ¿Que duele más, las caídas o las decepciones personales?
Me afecta todo muy poco. No me duran mucho las decepciones en lo personal. Miro siempre lo positivo y me planteo cada decepción como una etapa nueva. Además, he tenido tantas decepciones, tantas cosas raras en mi vida, que ya no me sorprendo por nada. Si el año pasado lo que yo viví le hubiera ocurrido a otra persona, casi con toda seguridad hubiera terminado majara... y sin embargo, yo mismo me sorprendí de cómo sobrellevé la situación. Hay que aprender a separar los momentos.
-¿Y qué has aprendido de esos malos momentos?
Que pasan. Y que a veces traen consecuencias buenas. Despues de todo esto, ahora controlo más y decido más sobre mi vida. Por ejemplo, que no coloco el dinero por encima de mi sueño de ser Campeón del Mundo de MotoGP
Mira, este año me he dejado de tonterías. Me preocupo de entrenar, de estar en forma y olvidarme de lo anecdótico. He aprendido que no puedo dar todo el cariño que puedo a todo el mundo pero que tengo que intentarlo con mi gente.
Me ha costado entender que si das desconfianza recibes desconfianza y si das cariño recibes cariño. Y digo que me ha costado entenderlo porque yo creía en muchas ocasiones estar dando cariño y, en realidad, ver ahora que no era así. O al revés. Creer que lo que estaba recibiendo era cariño cuando realmente no era así.
-¿Cómo es Jorge Lorenzo cuando no tiene que ir a entrenar? ¿Cómo es para tí un día de relax, de estar tirado en casa?
Hago casi exactamente lo mismo que cualquier otra persona de mi edad. Me gustan mucho los videojuegos. Paso muchas horas dándole a la X-Box... Me gusta navegar por internet, escuchar música, salir con los amigos... Ya te digo, nada especial. También me gusta leer... A las carreras me llevo siempre el ordenador y algún libro.
-¿Tu vida no lleva implícita cierta soledad?
Cuando me siento solo llamo a un amigo y dejo de estar solo. Me gusta la soledad bastante. Incluso disfruto de ella. Hay gente que no sabe estar sola. Yo sí. Incluso lo necesito en algunos momentos. No planifico más allá de una semana porque, muchas veces, no se donde estoy ni en que día vivo.
-¿Pero no echas de menos el apoyo de un nucleo familiar más sólido?
Supongo que inconscientemente lo buscas en la familia de los amigos. El cariño es necesario... pero yo tengo muy claro aquello de “mejor solo que mal acompañado”. Cuando una familia funciona es muy bonito pero cuando en una familia hay gritos y malos rollos duele mucho y es mejor dejarlo. En mi casa lo viví... cuando pasaba me concentraba en mi plastelina, en mis lápices de colores, mi videojuego...
-¿El Lorenzo desconocido es , entonces, en realidad un reflexivo solitario? Probablemente. Soy una persona reflexiva, sí. Se que no lo parece por mi forma agresiva de pilotar pero si piloto así es, precisamente, porque detrás hay un proceso de reflexión sobre cómo quiero hacer las cosas. En el box, antes de la carrera... Soy muy preciso y muy técnico. Siempre voy por el mismo sitio. No me gusta improvisar en la moto... y si soy agresivo es precisamente porque llego a la pista con este trabajo de reflexión ya hecho. Desde fuera las cosas siempre se ven muy diferentes.
-Debe ser muy duro no saber nunca cuando alguien se acerca a ti por Jorge o por piloto famoso...
Al guapo se le acercan por guapo. Al fuerte, por fuerte. Al rico, por rico. Al que tiene un buen puesto porque tiene un buen puesto. Al famoso, por famoso... Eso le pasa a todo el mundo... siempre hay un motivo. El mundo se mueve por interés. Mira, no soy ni especialmente tonto ni especialmente brillante pero hay algo que sí tengo. Y es que se distinguir rápido a la gente. Me doy perfectamente cuenta de la actitud de quien se me acerca. Y después decido si me interesa o no. Todo en la vida es interés. Uno está con sus amigos por interés... porque lo pasa bien y está a gusto... pero eso ya es interés porque si un amigo no se lo pasa bien contigo deja de ser tu amigo. Hay un filtro natural, que son los malos momentos. Entonces sabes quien es tu amigo y quien no...
-¿Y no te gustaría, aunque fuera sólo una vez, poderte cambiar de cara y de nombre y poder salir a tomar una copa con tus amigos sin autógrafos, sin miradas de curiosidad...?
Tampoco he llegado a ese punto en el que resulta agobiante y la verdad es que poca parte de mi tiempo me molesta la popularidad. En el 99% de mi tiempo resulta agradable y no sería justo que me quejara por un 1 de momentos en los que no lo es...
-Deduzco, entonces, que no te molesta el famoseo...
Antes quería salir en todas partes, hacer muchas entrevistas, quería ser famoso... Estaba siempre disponible para los medios. Sinceramente creía que eso era bueno para mi. Ahora ya no. Ahora me molesta el famoseo por el famoseo. Hago las entrevistas que quiero hacer y salgo en los medios donde creo que hay que salir. He llegado a la conclusión de que si no le das al gas, no eres famoso. Y si no es por darle al gas, no quiero ser famoso. Vas madurando y te vas dando cuenta del valor real de las cosas y que lo que de verdad cuenta es vivir el tiempo libre. Yo el año pasado tenía demasiadas cosas en la cabeza. Ahora esto ha cambiado...