Bueno, empecemos a hablar un poquito de nuestro gp que ya esta tocando la puerta !!!
Aca algo interesante como para conocer algo de la historia de los gp en el pais
Argentina, un Gran Premio que siempre da que hablar
Desde 1961 ha vivido episodios inolvidables del Mundial
Quince años después de su última visita, el Mundial de MotoGP regresa a Argentina, donde con mucha frecuencia se han producido episodios inolvidables del campeonato. De 1961 a 1999, muchas cosas sucedieron en Buenos Aires.
El Autódromo Óscar y Juan Gálvez de Buenos Aires fue el escenario del Gran Premio de Argentina durante las diez ocasiones que el Mundial de MotoGP visitó el país entre 1961 y 1999. Argentina nunca tuvo mucha continuidad en el campeonato, y el periodo continuado de presencia más largo fueron tres años, en sus tres primeras ediciones, de 1961 a 1963. Aquella primera carrera en Buenos Aires fue la primera ocasión en la que el Mundial abandonaba la vieja Europa y se adentraba más allá del océano. Luego llegaría Japón, Estados Unidos, Canadá, y en la década de los ochenta Sudáfrica, Brasil y Australia, para alcanzar así los cinco continentes.
Desde ese primer año, en Argentina se produjeron acontecimientos trascendentales. En Buenos Aires se consumó la traición de Ernst Degner (en la foto, con el número 17), que un mes antes había dejado MZ -la marca de la República Democrática Alemana- en medio del Gran Premio de Suecia, fugándose al bloque occidental cuando lideraba el Mundial de 125. Degner intentó pelear por el título en Argentina. EMC, la marca del doctor Erlich, llegó a poner a su disposición una moto, pero esta quedó retenida en Nueva York ya que la Federación Internacional, siguiendo la reclamación de la autoridades de la RDA, no autorizó la participación de Degner, ya que todavía conservaba la nacionalidad de la Alemania Democrática y su licencia deportiva pertenecía a aquel país, por lo que no pudo impedir la victoria de Tom Phillis en Buenos Aires. Lo cierto es que Degner lo habría tenido muy difícil: Honda envió toda su artillería hasta Argentina, copando las cinco primeras posiciones con Phillis, Redman, Takahashi, Shimazaki y Taniguchi. El primero piloto ajeno a Honda fue el argentino Héctor Pochettino, con una Bultaco.
Para ser el primer año, no estuvo mal. Aunque para los argentinos lo más importante fue el triunfo de Jorge Kissling en la categoría de 500, en dura pugna con Juan Salatino, la primera victoria de un argentino en el Mundial.
En las siguientes ediciones las cosas siguieron un curso normal, aunque en 1962 Argentina volvió a celebrar el Gran Premio a lo grande, con un histórico triplete en la categoría de 500: Benedicto Calderella, Juan Salatino y Eduardo Salatino. De esta forma, Argentina pertenece al selecto club de los países que han copado el podio en la “clase reina” junto a Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña y España.
Tras 18 años alejado de los Grandes Premios, Buenos Aires acogió de nuevo el Mundial en 1981 y 1982. Llegaron las primeras victorias españolas –las dos de la mano de Ángel Nieto-, y allí se produjo el regreso oficial de Honda al campeonato, tras su retirada en 1968. La Honda NR500 había estado dando tumbos por Europa desde 1979, pero la vuelta del equipo de fábrica se produciría en Argentina. Freddie Spencer (en la imagen, a rueda de Roberts -3-) fue tercero en una apretada carrera tras Kenny Roberts y Barry Sheene, con la Honda NS500, y fue la primera vez que subía al podio una Honda de “dos tiempos”, lo que convierte aquella carrera en un acontecimiento histórico.
La presencia del Mundial en Argentina duró poco. Tras cinco años de vacío regresó en 1987, con victoria de Sito Pons en 250, y se fue hasta 1994. En aquella ocasión, hace 20 años, Jorge Martínez “Aspar” sumó su última victoria en el Mundial de Velocidad, la 37ª de su carrera deportiva, a lomos de la Yamaha 125. Y un año después, Emilio Alzamora estrenó su casillero de triunfos. Quién le iba a decir que el momento más importante de su carrera deportiva llegaría también en ese mismo escenario unos años más tarde.
Y de nuevo, otro periodo sin visitas del Mundial. Sólo duró tres años. En 1998 el campeonato regresó a Buenos Aires, donde disputó la última carrera del año. Pasaron muchas cosas ese 25 de octubre de 1998, uno de los días más polémicos que se recuerdan en la historia del campeonato, con los “boxes” convertidos en auténticos cuadriláteros. Primero, con la carrera de 125. Tomomi Manako luchó para hacerse con la victoria, pero eso no impidió que Kazuto Sakata, que fue cuarto, se proclamara campeón. Unas carreras antes, Sakata había sido descalificado porque en la verificación técnica la gasolina de su moto presentó irregularidades –fue el primer año de la gasolina sin plomo-. Solicitó un contraanálisis, pero en aquellos días el protocolo indicaba que la segunda muestra quedaba en depósito… del propio piloto. Cuando se analizó la muestra B, el resultado dio negativo, y se le tuvo que restituir en la clasificación, justo antes de la carrera de Argentina. Con Sakata ya campeón, este tuvo algún cruce de comentarios con los mecánicos de Manako, y se armó la marimorena en los “boxes”…
No fue nada comparado con lo que sucedió después de la carrera de 250. Ese día Loris Capirossi llegaba como líder del campeonato con 204 puntos, frente a los 200 de Tetsuya Harada. Se repetía una situación similar a la de cinco años antes, en el Jarama, cuando Capirossi lideraba por 10 puntos en la última carrera, y Harada dio la vuelta a la situación y ganó el Mundial. En Argentina parecía que la historia se iba a repetir, Harada llevaba la delantera y estaba a dos curvas de volver a levantarle el título a Capirossi… El italiano entró con todo y se llevó por delante al japonés, clasificándose segundo. Inicialmente se desclasificó a Capirossi, pero luego fue restituido en la clasificación. La verdad es que excluido o no, Capirossi sumaba igualmente más puntos que Harada, que no pudo terminar la carrera, y se proclamaba campeón. El ambiente se caldeó en los “boxes” y hubo una pelea entre los mecánicos de ambos pilotos, que para colmo eran todos del mismo equipo.
La última visita del Mundial a Argentina fue en 1999, y también caló hondo. Allí se proclamaría campeón del mundo de 125 Emilio Alzamora, por un solo punto y sin ganar una sola carrera –el quinto piloto que lo conseguía tras los títulos de George O’Dell (sidecares 1977), Bruno Holzer (sidecares B2B 1979), Werner Schwarzel (sidecares 1982), y Manuel Herreros (80cc 1989)-, pero campeón al fin y al cabo. Alzamora estuvo muy hábil y supo terminar de una pieza ante las tarascadas de un desquiciado Marco Melandri, que intentó tirarle de forma descarada en varias ocasiones durante la última vuelta.
Y ahora, quince años después, Termas del Río Hondo, un circuito nuevo para todos, aunque algunos pilotos realizaron unas pruebas el año pasado, que seguramente poco les aportarán más allá de enfrentarse a una pista con unas referencias mínimas. ¿Pasará también a la historia este undécimo Gran Premio de Argentina?
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